Libros del Rincón


Primer final


...En unos minutos, viajando a la velocidad de la luz, los fantasmas llegaron a la Tierra, a la parte que estaba entonces en sombra, en la que apenas acababa de empezar la noche.

—Ahora romperemos filas —dijo el viejo fantasma—, cada uno se marcha por su lado, y hace lo que le parezca. Antes del alba nos reuniremos en este mismo sitio y discutiremos sobre la situación. ¿De acuerdo? ¡Disolverse! ¡Disolverse!

Los fantasmas se dispersaron por las tinieblas en todas direcciones.

Cuando volvieron a encontrarse no cabían en la sábana de alegría.

—¡Chicos, qué gozada!

—¡Vaya suerte!

—¡Qué fiesta!

—¡Quién se iba a imaginar encontrar todavía a tanta gente que cree en los fantasmas!

—¡Y no sólo los niños. También muchos mayores!

—¡Y tantas personas cultas!

—¡Yo he asustado a un doctor!

—¡Y yo he hecho que a un comendador se le volviera blanco el pelo!

—Por fin hemos encontrado, el planeta que nos conviene. Voto que nos quedemos.

—¡Yo también!

—¡Yo también!

Y esta vez, en la votación, no hubo ni siquiera una sábana en contra.


[ Inicio de Documento ]
[ Tabla de Contenido ][ Previo ][ Nivel Superior ][ Siguiente ]Busca, ...y ¡encuentra!