Libros del Rincón
El primer final no me gusta: ¿cómo un tamborilero alegre y generoso se va a convertir de repente en un salteador de caminos? El tercer final no me va: me parece una maldad poner fin a la magia para castigar una pequeña, inocente curiosidad. La curiosidad no es un defecto. Si los científicos no fueran curiosos, nunca descubrirían nada nuevo. Estoy por el segundo.