Miércoles 1 de mayo

A Eduardo le apestan los pies. Claro, si todos los días usa sus mugrosos tenis. Aunque se bañe, sigue oliendo feo. Mi mamá le dijo que todas las noches se untara jugo de limón en los pies y pusiera bicarbonato adentro de los zapatos. Y que en la mañana se lave como siempre.

Si funciona se lo paso a Lupe y a Griselda. En realidad, lo deberíamos publicar en el periódico mural de la escuela, porque hay dos que tres niños a los que les apestan los pies.