El robo increíble

Cuando Oso Verde, Isabel 21, Andrés y Tai llegaron a la ciudad de México el país estaba conmocionado por una noticia: ¡El castillo de Chapultepec había desaparecido! ¡Alguien se lo había robado!

Todo el mundo estaba desconcertado. La policía no sabía qué decir y las autoridades no aclaraban nada. En lo alto del cerro de Chapultepec, donde antes se levantaba el castillo, sólo se veía el hueco de los cimientos y nada más. ¡De la noche a la mañana la gran construcción se había esfumado!

—Mi prima vive en una calle frente al castillo —dijo Andrés—. Vamos con ella para ver de cerca el lugar...

—¿Tu prima la que toca la flauta? —preguntó Oso Verde que admiraba a los niños músicos.

—Esa misma— contestó Andrés.

Los legionarios se hospedaban en la casa del tío de Isabel 21, a quien le encantaba ayudar a los chicos. El tío les dijo cómo llegar aunque no estaba muy lejos. Pero no fue fácil acercarse al edificio de la prima de Andrés. Una multitud se apiñaba sobre las bardas que el ejército había colocado para detener a los curiosos y cientos de policías trataban de poner orden en aquel caos.

En medio del tumulto Andrés dijo:

—Allí está mi prima Cora.

Los demás miraron hacia la muchedumbre pero sólo Oso Verde la descubrió.

¿Puedes encontrar a la prima de Andrés?