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Capítulo 12: HÁBITOS DE LA MENTE
Capítulo 12: HÁBITOS DE LA MENTEEn el curso de la historia, la humanidad se ha preocupado por transmitir
valores, actitudes y habilidades de una generación a otra.
Estos tres tipos de conocimiento ya se enseñaban tiempo antes
de que se inventara la escuela formal. Aun en la actualidad, es evidente
que la familia, la religión, los compañeros, los libros,
los medios de comunicación y entretenimiento, y las experiencias
generales de la vida son las principales influencias que determinan
las opiniones de la gente acerca del conocimiento, el aprendizaje
y otros aspectos humanos. La ciencia, las matemáticas y la
tecnología en el contexto de la escolaridad también
pueden desempeñar un papel clave en el proceso, ya que se erigen
sobre un conjunto claro de valores, reflejan y responden a los valores
de la sociedad en general y tienen una influencia creciente en la
conformación de riqueza cultural compartida. Así, en
el grado en que la escuela se preocupe por valores y actitudes un
asunto de gran sensibilidad en una sociedad que aprecia la diversidad
cultural y la individualidad, y es cautelosa con la ideología,
debe tomar en cuenta valores y actitudes científicos al preparar
a los jóvenes para la vida fuera de la escuela. De manera similar, hay ciertas destrezas de pensamiento asociadas
con la ciencia, las matemáticas y la tecnología que
las personas jóvenes tienen que desarrollar durante sus años
escolares. Se trata, principalmente (pero no de manera exclusiva),
de habilidades matemáticas y lógicas, que son herramientas
esenciales para el aprendizaje formal e informal y para un tiempo
vital de participación en la sociedad como un todo. En conjunto,
estos valores, actitudes y destrezas se pueden considerar como hábitos
de la mente porque todos ellos se relacionan de manera directa
con la perspectiva de una persona sobre el conocimiento y aprendizaje,
y las formas de pensar y actuar. Este capítulo presenta recomendaciones acerca de valores,
actitudes y habilidades en el contexto de la educación en la
ciencia. La primera parte se centra en cuatro aspectos específicos
de valores y actitudes: 1. los valores inherentes a la ciencia, las
matemáticas y la tecnología; 2. el valor social de la
ciencia y la tecnología; 3. el refuerzo de los valores sociales
generales, y 4. las actitudes de las personas hacia su propia capacidad
de entender la ciencia y las matemáticas. En la segunda parte
se exponen las destrezas relacionadas con cálculo y estimación,
manipulación y observación, comunicación y respuesta
crítica a los argumentos. VALORES Y ACTITUDESLa educación en la ciencia debe contribuir al conocimiento
de las personas de los valores compartidos de los científicos,
matemáticos e ingenieros; el refuerzo de los valores sociales
generales; la inculcación en los individuos de creencias informadas
y equilibradas sobre el valor social de la ciencia, las matemáticas
y la tecnología; y el desarrollo de actitudes positivas en
la gente joven hacia el aprendizaje de estas disciplinas. Conocimiento de los valores inherentes a la ciencia, las matemáticas y la tecnología La ciencia, las matemáticas y la tecnología incorporan
valores particulares, algunos de los cuales son diferentes en tipo
o intensidad de los de otras empresas humanas, como negocios, leyes
y artes. Para comprender aquellas disciplinas es esencial estar pendiente
de algunos de los valores que las sustentan y les dan carácter,
y que son compartidos por la gente que trabaja en los tres campos.
Estos valores son evidentes en las recomendaciones presentadas en
los tres capítulos sobre la naturaleza de la ciencia, las matemáticas
y la tecnología de este informe, las cuales consideran la importancia
de los datos verificables, las hipótesis que pueden someterse
a prueba y la predecibilidad en la ciencia; de la prueba rigurosa
y la elegancia en las matemáticas, y del diseño óptimo
en la tecnología.. Refuerzo de los valores sociales generales Desde el punto de vista cultural, la ciencia se puede considerar
como revolucionaría y conservadora. El conocimiento que genera
obliga en ocasiones a cambiar incluso a descartar creencias añejas
sobre la humanidad misma y su función en el gran esquema de
las cosas. Las revoluciones que se asocian con Newton, Darwin y Lyell
han tenido mucho que ver con el sentido de humanidad, lo mismo que
con el conocimiento de la Tierra y sus habitantes. Además,
el conocimiento científico puede sorprender, incluso causar
problemas, especialmente cuando se descubre que el mundo no es como
se percibe o como se desearía que fuera. Por ejemplo, el descubrimiento
de que la Tierra tiene miles de millones de años (en vez de
sólo miles) de haberse formado. Tales hallazgos pueden ser
tan angustiantes que puede tomar años o la sociedad como un
todo varias generaciones adaptarse al nuevo conocimiento. Parte del
precio que se paga para obtener el conocimiento es que éste
puede incomodar a la gente, al menos inicialmente. Darse cuenta de
la repercusión del desarrollo científico y tecnológico
en las creencias y los sentimientos humanos, debe ser parte de la
educación científica de cualquier individuo. Curiosidad. Los científicos crecen en la curiosidad, igual que los niños. Éstos entran a la escuela rebosantes de preguntas, sobre todo de lo que hay a la vista, y difieren de los científicos sólo en no haber aprendido y en cómo encontrar respuestas y observar con el objeto de detectar qué tan buenas son esas respuestas. La educación de la ciencia que exalta la curiosidad y enseña a los niños cómo canalizaría en formas productivas sirve tanto a los estudiantes como a la sociedad. Apertura a nuevas ideas. Las nuevas ideas son esenciales para el crecimiento de la ciencia, y para las actividades humanas en general. Las personas con las mentes estrechas no comprenden el goce del descubrimiento y la satisfacción del crecimiento intelectual en toda la vida. Puesto que el propósito de la educación científica no es exclusivamente para producir científicos, como este informe lo expone con claridad, debe ayudar a todos los estudiantes a comprender la gran importancia de considerar cuidadosamente las ideas que al principio pueden parecer inquietantes o que están en contradicción con sus creencias. La competencia entre las ideas es una fuente mayor de tensiones dentro de la ciencia, entre la ciencia y la sociedad y dentro de la sociedad. La educación científica debe documentar la naturaleza de tales tensiones con base en la historia de la ciencia, y debe ayudar a los estudiantes a ponderar el valor de que ellos y la sociedad participen en el estira y afloja de las ideas en conflicto. Escepticismo informado. La ciencia se caracteriza tanto
por su escepticismo como por su apertura. Aunque una nueva teoría
puede recibir mucha atención, rara vez gana aceptación
amplia en la ciencia hasta que sus defensores pueden demostrar que
está sustentada por evidencia, es lógicamente consistente
con otros principios que no están sujetos a cuestionamiento,
explica más que las teorías rivales, y tiene el potencial
de conducir a nuevo conocimiento. Debido a que la mayoría de
los científicos son escépticos respecto a todas las
nuevas teorías, tal aceptación suele ser un proceso
de verificación y refutación que puede tomar años
o incluso decenios. La educación científica puede ayudar
a los estudiantes a sopesar el valor social del escepticismo sistemático
y a desarrollar un equilibrio saludable en sus propias mentes entre
la apertura y el escepticismo. El valor social de la ciencia, las matemáticas y la tecnología Hay otro sentido en el cual los valores entran en juego en el pensamiento
sobre los resultados del proceso de aprendizaje. Independientemente
de los valores científicos que los estudiantes puedan adoptar
para sí mismos, existe el problema de lo que deben saber y
creer acerca del valor social general de dichos esfuerzos. ¿Es
necesario que cada egresado se convenza del gran valor que tienen
la ciencia, las matemáticas y la tecnología para la
sociedad? Actitudes hacia el aprendizaje de la ciencia, las matemáticas y la tecnología Los estudiantes de primaria tienen un interés espontáneo
en la naturaleza y los números. Sin embargo, muchos salen de
la escuela con temor a las matemáticas y desdeñando
la ciencia como algo que es muy aburrido y difícil de aprender.
Ven a la ciencia solamente como una actividad académica, no
como una forma de comprender el mundo en el que viven. Las consecuencias
de esta aversión son graves, pues ello significa que la vida
de muchos alumnos se ve limitada y el depósito global de talento
de la nación a partir del cual surgen los científicos,
matemáticos e ingenieros es menor de lo que debería
ser. Las recomendaciones presentadas en los capítulos previos son
más que nada sobre el conocimiento. Sin embargo, también
implican que éste se debe entender de forma que sirva para
resolver problemas. En este sentido, todas las recomendaciones subsecuentes
se refieren a habilidades mentales. En otras palabras, es probable
que los alumnos sólo aprendan dichas habilidades en el proceso
de comprender algo sustantivo sobre el mundo, de encontrarlas en muchos
contextos y situaciones diferentes y de usarlas repetidamente. La experiencia repetida con los cálculos en contextos significativos también favorecerá la capacidad superior de juzgar cuándo es más apropiado hacer el cálculo mental o escrito, o con la ayuda de una calculadora o computadora. Cada uno de estos métodos tiene una función legítima en la solución de problemas, aunque sus aplicaciones pueden ser diferentes en circunstancias distintas. Habilidades numéricas básicas. En la vida cotidiana, uno debe ser capaz de hacer cálculos mentales simples. Sin embargo, la cantidad real de cálculo mental aritmético necesario es muy limitada y está dentro de la capacidad de todos los individuos normales para aprender. Esta habilidad requiere, antes que todo, que la persona memorice y sea capaz de recordar de inmediato ciertos hechos numéricos:
Hay dos tipos de cálculo mental que cualquiera debe realizar:
Destrezas de cálculo En la vida cotidiana, y especialmente en el centro de trabajo, casi
todo mundo tiene la necesidad de hacer cálculos. Hasta fechas
recientes, el papel y el lápiz eran los medios más comunes
para resolver los problemas que la gente no podía hacer por
aritmética mental. Para la mayoría de los estudiantes,
las matemáticas escolares significan hacer cálculos
en papel. Esto, por lo general, toma la forma de aprendizaje para
saber cómo hacer una división larga, encontrar porcentajes,
obtener razones, pero no para aprender por qué funcionan tales
algoritmos, cuándo se deben usar o cómo darle sentido
a las respuestas.
Para lograr el uso efectivo e integral de las calculadoras, cualquiera debe ser capaz de hacer lo siguiente:
Hay muchas circunstancias en las cuales una respuesta aproximada es tan útil como lo sería una respuesta más precisa. De hecho, ésta puede ser la regla más que la excepción. La estimación de respuestas aproximadas con frecuencia sustituye a una medición precisa o a un cálculo cuidadoso, pero en la mayor parte de los casos servirá como un control de los cálculos, que se realizan mediante calculadoras electrónicas o papel y lápiz. La habilidad para estimar se basa en el sentido de cuál es el grado adecuado de precisión en una situación particular, lo cual, por su parte, depende de comprender el contexto del problema y el propósito del cálculo. Entre las destrezas de estimación específicas, cualquiera debe ser capaz de estimar lo siguiente:
2. Detectar la fuente de cualquier disparidad importante entre la respuesta estimada y la calculada. 3. Especificar una cantidad solamente a la potencia de 10 más cercana. Así, la población mundial es más o menos de 109(mil millones) o 1010 (10 mil millones). Algo que está mejorado por "un orden de magnitud" cambia por un factor de cerca de 10, esto es, cualquier cantidad de cuatro o cinco veces a 20 o 30 veces más grande (o más pequeña). Un factor de 40 o algunos cientos, por ejemplo, sería más como dos órdenes de magnitud. ![]()
MANIPULACIÓN Y OBSERVACIÓNCualquiera debe adquirir la habilidad de manejar materiales y herramientas comunes para aprovechar las tecnologías caseras y otras de uso diario, para hacer observaciones cuidadosas y para manejar información. Esto incluye ser capaz de realizar lo siguiente:
COMUNICACIÓNEl discurso de la ciencia, las matemáticas y la tecnología
exige la capacidad de comunicar ideas y compartir información
con fidelidad y claridad, y leer y escuchar con atención. Algunas
de las habilidades implicadas son específicas de las ciencias,
las matemáticas y la tecnología, y otras son generales
aunque incluso las específicas no son independientes del contenido.
Todos deberían tener las destrezas que les permitan realizar
lo siguiente:
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DESTREZAS DE RESPUESTA CRÍTICAEn varias formas, los medios de comunicación masiva, los maestros
y los compañeros inundan a los estudiantes con argumentos,
algunos de los cuales se refieren a la ciencia, las matemáticas
y la tecnología. La educación debe preparar a las personas
para leer y escuchar tales aseveraciones críticamente, decidiendo
a qué evidencia prestar atención y cuál pasar
por alto, y distinguir los argumentos cuidadosos de los superficiales.
Además, las personas deben ser capaces de aplicar las mismas
destrezas críticas a sus propias observaciones, argumentos
y conclusiones, líberándose un poco más de sus
propios prejuicios y racionalizaciones.
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