Libros del Rincón
POCO ANTES DE SALIR de aquellos páramos, Quetzalcóatl y su nahual descubrieron, dormido en una pequeña roca, a Tecoylehualoyan, el poderoso y fiero tigre. Sus ronquidos estremecían todos los alrededores. Abajo, en un charco de agua estancada y sucia, vieron dormir también a Xochitónal, la Lagartija verde, esa que, cuando sopla, muestra un colmillito gris, por el que lanza un veneno capaz de matar a un gigante o a un enorme tapir.
Los viajeros se pusieron el índice en los labios:
Entonces Quetzalcóatl, de puntitas, y el perrito en sus dos patas traseras, ligeros como el viento y con prontitud, escaparon.