Libros del Rincón
Todo ha cambiado. No sé lo que pasó. El viernes papá llegó a la casa
y durante la cena, platicando con mamá, dijo que lo había pensado mejor y que Paco podía jugar con el balón en la calle, con la condición de que no fuera en la avenida, si
no, que ni lo pensara. Paco dio siete brincos, dos marometas, y hasta se paró de cabeza de la alegría.