Libros del Rincón


Miedo súbito


El jeep dio marcha atrás y a escasos 50 metros vieron un sendero y bajo unos grandes árboles a la derecha, descubrieron un cobertizo con techo de palma, semioculto por lianas y plantas. Anselmo maniobró el jeep y pronto llegaron. Los niños saltaron del vehículo a lo que resultó ser una choza de gran tamaño llena de gigantescos bloques de piedra.

—¡Qué lugar tan raro! —dijo Isabel 21.

—Para ser choza es muy grande —comentó Andrés.

—Y muy alta —dijo Tai.

—Y redonda —completó Oso Verde.

—¡Miren lo que encontré! —gritó Maripecas mostrando una tabla con una cabeza pintada con color negro.

—¡Cabeza Negra! —exclamó Anselmo asustado— ¡Vámonos de aquí!

Los niños estaban asombrados.

—Espera, Anselmo... —comenzó a decir Oso Verde al chofer que corrió despavorido al jeep.

—¡Rápido! —les gritó desde el vehículo— ¡Peligro! ¡Peligro!

Pero los legionarios no se iban a dejar asustar por una cara pintada en una tabla. Querían saber de qué se trataba aquello.

—¡Anselmo! —gritaron cuando vieron que echaba a andar el jeep y se disponía a partir.

—¡Agáchense, alguien viene! —dijo Oso Verde.

¿Cómo supo Oso Verde que alguien se acercaba?

Graphics Graphics

Graphics


[ Inicio de Documento ]
[ Tabla de Contenido ][ Previo ][ Nivel Superior ][ Siguiente ]Busca, ...y ¡encuentra!