Libros del Rincón


Rastreo en la selva


En un rincón bajo unas cuerdas y palos Andrés había visto unos botes que decían "Fibra de vidrio".

—¡Por eso no pesan! —exclamó Maripecas levantando una piedra.

—¡Con la fibra de vidrio se puede hacer que parezcan piedras reales! —dijo Isabel 21.

—Esos tipos deben ser peligrosos; de otra forma Anselmo no les tendría tanto miedo —comentó Oso Verde.

—Vamos a seguirlos —propuso Tai.

—¿En medio de esta selva? —dijo Isabel 21 mirando la espesa vegetación llena de zumbantes insectos.

—¿Por qué no? Tenemos brújulas y en nuestras mochilas traemos todo lo que pudiéramos necesitar —repuso Tai.

—Sólo nos falta un radio trasmisor de largo alcance, pero creo que éste es un asunto para la Legión de la Tarántula —afirmó Oso Verde.

Había un sendero apenas visible pero los legionarios sabían cómo seguir cualquier rastro. Observaban todos los detalles. Las pisadas eran muy notorias con el suelo lodoso y cuando éstas se perdían buscaban ramas rotas, o posibles marcas o rayaduras en los troncos de los árboles producidas por las "piedras" de fibra de vidrio.

—Aquí debemos ir hacia la derecha —afirmó Tai al llegar a un sitio rocoso.

Los demás lo miraron interrogantes.

—Allí hay una señal —dijo.

¿Dónde vio Tai la señal?

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