Libros del Rincón


Un negro propósito


—Mejor esperen a que regrese —dijo Oso Verde.

Los chicos habían descubierto el radio transmisor sobre una mesa en una choza que se veía a través de una ventana del taller de moldeado.

Oso Verde se acercó a la otra construcción y encontró un hueco por donde espiar lo que acontecía. Varios hombres instalaban una complicada maquinaria en el interior de las falsas figuras.

—¿Están seguros de que funcionará con precisión? —preguntó Negro Negrete.

—Por supuesto, Gran Señor —respondió el jefe de los hombres—. La máquina funcionará exactamente dentro de cinco días, cuando la gente asista al Festival de Arte Prehispánico.

—¡Ja, ja, ja! —rió el falsificador—. Cambiaremos mis figuras por las auténticas y el gran día de la inauguración lanzarán chorros de pintura negra sobre toda la gente. ¡Será mi gran golpe!.

—Así es, Gran Señor —corroboró el asistente—. La pintura no se la podrán quitar en meses porque la hemos preparado para que no se pueda limpiar con nada.

—¡Magnífico! —exclamó encantado el criminal.

Oso Verde se reunió con sus amigos para contarles el propósito de Negro Negrete.

—¡Tenemos que detenerlo! —dijo Isabel 21.

—Necesitamos pensar rápido porque hoy a las 5 de la tarde sacarán las figuras para llevárselas —informó Maripecas.

Los legionarios se escabulleron a un lugar apartado de las construcciones a pensar en un plan que frustrara los negros propósitos del falsificador.

¿Cómo supo Maripecas la hora en que sacarían las figuras?

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