Desaparición en el parque

Era obvio que el tipo con el grueso abrigo entre los árboles de la izquierda se veía más que sospechoso.

Andrés se fijó que el hombre del abrigo llevaba una caja metálica bajo el brazo, sosteniéndola con cuidado excesivo. El hombre se detuvo junto a un espeso bosquecillo y miró nerviosamente hacia todos lados.

En ese momento llegó Isabel 21 saltando la cuerda y distrajo con su plática a Oso Verde y a su amigo. A Isabel 21 le decían así porque había nacido un día 21 y vivía en la casa número 21 y por si fuera poco, era la 21 en la lista de asistencia de la escuela. Además (y por supuesto) tenía 21 muñecas. Era una de las legionarias más intrépidas.

—¿Qué están viendo? —les preguntó.

—¡Sshhh! —dijo Oso Verde agazapándose bajo los arbustos.

Rápidamente pusieron al tanto a Isabel 21 de lo que pasaba y cuando se asomaron para ver al hombre del abrigo, éste había desaparecido.

Los chicos rodearon cautelosamente el bosquecillo y de pronto Oso Verde descubrió al sospechoso saliendo de entre los árboles.

—Humm —murmuró Andrés—, ya sé qué fue a hacer.

—Yo también —dijo Oso Verde.

¿Para qué se metió el hombre en el bosquecillo?