Aprender a vivir en
sociedad, comprender y asumir las
responsabilidades que la vida nos
presenta como alternativas en el
proceso de maduración del
ser humano, es un proceso que empieza
en el seno de la familia como célula
vital de la sociedad, pero se encauza
y consolida en las aulas de clase.
Es aquí y de
la mano de los educadores donde
empieza a surgir el nuevo integrante
de la sociedad, quien será
útil en la medida en que
haya recibido una formación
integral forjada sobre directrices,
criterios y metas claras como autorreguladores
de su comportamiento, que contribuyan
a crear conciencia acerca de los
conceptos de responsabilidad, solidaridad
y respeto mutuo, soportes de la
convivencia pacífica como
claramente lo enmarca la Constitución
Política de 1991, norma de
normas en nuestro sistema legislativo,
que considera inviolables los derechos
fundamentales que tienden al libre
y sano desarrollo de la personalidad,
con marcado interés en el
respeto por la dignidad humana,
la Declaración de los derechos
del Niño, el Código
del Menor, la Ley 115 de 1994, el
Decreto 1860 de 1994, el P.E.I.
y toda la legislación vigente
sobre los Derechos Humanos.
Por lo anterior, ha
de ser nuestro gran propósito,
inculcar y desarrollar nuevas formas
de convivencia social que paulatinamente
contribuyan a la sustitución
de la violencia por el respeto a
la vida y por los derechos propios
y ajenos, con miras a un futuro
mejor.
Como un valioso aporte,
nos proponemos presentar a la comunidad
educativa propuestas claras y precisas
de comportamiento, tendientes a
estructurar la personalidad de cada
uno de sus miembros, atendiendo
a los aspectos básicos del
proceso educativo que le permitan
mejorar en todos los campos de la
sociedad.
De manera específica
se pretende:
Proporcionar a los
alumnos (as), padres de familia
o acudientes, profesores y comunidad
educativa en general, la información
necesaria acerca de la institución:
sus objetivos y metas, organización
y criterios académicos y
de convivencia, y sus respectivos
procesos y acciones correctivas.
Ilustrar, orientar,
motivar y estimular el cumplimiento
de las responsabilidades y derechos
adquiridos.
Estimular a los y
las estudiantes en el desarrollo
y formación de valores, actitudes
y hábitos que le permitan
su realización humana y social.
Reconocer y orientar
los valores humanos de los alumnos
(as), para lograr su formación
integral, con bases sólidas
que le permitan vivir responsable
y armoniosamente dentro y fuera
de nuestra institución.
Crear hábitos
de autocontrol y autodisciplina
en las alumnas (os) y fomentar mecanismos
para que puedan ejercer esta práctica.
Dar a conocer los
derechos y deberes que le corresponden
como parte activa del proceso educativo.
Integrar los elementos
educativos en el proceso de adquisición
del conocimiento, su praxis y sus
cambios evolutivos.